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En una época en la que los contagios están mal vistos, apuesto por la capacidad de contagiar hacia una cultura de organizarse más agile. Es imprescindible implicar a los equipos para que trabajen bajo una cultura de organización ágil si queremos reaccionar de forma competitiva a los cambios actuales. Para que los equipos interioricen una nueva manera de colaborar hace falta que la dirección influya con su ejemplo.

¿Agile también para el retail?

El retail es uno de los sectores que va a beneficiarse más de esta nueva forma de colaboración en una organización. Las particularidades del retail, con equipos multilocalizados, estructuras intensivas en personas y contacto diario con multitud de clientes hacen que trabajar bajo un marco agile provoque una mayor diferenciación competitiva.

Necesitamos quitar las «mascarillas» metafóricas que actualmente existen en las estructuras para conseguir que el contagio al equipo sea algo positivo. La dirección debe liderar esta transición hacia un nuevo modelo organizativo basado en la gestión por proyectos. El marco organizativo de un comerciante adaptado al entorno agile se basa en:

• El retail tiene por definición equipos localizados a distancia de los centros de decisión. Es imprescindible pues ser capaces de implicar emocionalmente a estos equipos que representan a la marca para que gestionen su proyecto con cierta autonomía.
• Un punto de venta es un proyecto con sus particularidades, siendo consciente de que forma parte de una organización mayor. El equipo debe ser capaz de organizarse repartiendo las responsabilidades (merchandising, producto, ventas, organización, …) bajo un objetivo común acordado con la dirección.
• Es básico que los equipos compartan y crean alcanzable el objetivo si queremos que se responsabilicen en su logro.
• Cada equipo debe tener cierta autonomía para poder aportar valor en cada fase de su proyecto y por lo tanto ser capaces de testar la reacción del mercado de forma rápida y repetitiva.
• La reacción a cada acción debe ser ágil en función de los resultados alcanzados. Cada equipo debe poder decidir cuál va a ser su producto mínimamente viable, es decir a qué ritmo se acerca al objetivo en función de factores internos y externos.
• La información de cada tienda/equipo (resultados obtenidos a los test realizados) debe estar disponible para los otros equipos y así poder aprovechar las mejoras y aprender de los errores.
• La función del Area Manager o Supervisor será la del líder del proyecto. Esto significa que debe definir la estrategia y determinar los recursos, pero no está involucrado en el día a día del proyecto.

Contagiar a todo el equipo para alcanzar la inmunidad de grupo

En la medida que seamos capaces de implicar (contagiar) al equipo en esta cultura agile podremos reaccionar de forma rápida ante los imprevistos que se irán produciendo. Del mismo modo que las tiendas tienen que organizarse como proyectos concretos, el resto de la estructura tiene que ser capaz de entender cuál es su proyecto más allá de los departamentos. La organización por proyectos debe permitir al retailer estar informado sobre qué está pasando en cada área de negocio. Esto significa que los proyectos estarán formados por equipos con perfiles profesionales distintos para que cada persona aporte valor al equipo.

Si formas parte de las oficinas centrales, despídete de tu compañero de departamento. Tu equipo estará formado por profesionales de otros departamentos e incluso por profesionales ubicados lejos de tu mesa. Abraza la diversidad y colabora para alcanzar un objetivo mayor. La formación en actitudes para entender la nueva organización va a ser clave para ser más competitivos. Aprendamos como líderes a contagiar para alcanzar una estructura agile que reaccione de forma rápida a los cambios del cliente.

OriOl – retail project manager