Un líder lúcido sabe detectar las tendencias del mercado mientras otros solo ven caos. Si monitorizamos las reacciones, dividimos los objetivos y estructuramos la empresa por proyectos, seremos mucho más lúcidos como empresa que nuestra competencia y seremos capaces de gestionar la incertidumbre con mayor serenidad. No esperemos a que las cosas se calmen para avanzar, los avances más determinantes se producen cuando la competencia está paralizada y nuestra organización es capaz de detectar oportunidades. Solo detectaremos oportunidades si sabemos qué valor aportamos al mercado.
